Acordarse del concierto del fin de semana era muy satisfactorio, pues grandes folladas y corridas dignas de recordar pasaron en ese evento. Todos se reunieron al aire libre, escucharon a muchas bandas tocar su música mientras tomaban licor e intentaban mantener cierto espacio corporal a pesar de la amplía multitud que había asistido. “¿Quién habría propuesto el encuentro?” No lo recordaba con claridad, pero intuía que ella había hecho algo para seducir a ese grupo de tíos que la observaban sola, pues, cuando se disponía a ir al baño, su trayectoria fue interrumpida por los machotes, que la condujeron a un sitio menos concurrido y le dieron una gran follada y corrida caliente, rellenándole todos sus agujeros y dejándola rebosante de leche.
¡Ella quería repetir! La tía intenta recrear la experiencia conectada desde su casa y qué buena corrida vaginal muy cremosa la de esta golfa con múltiples pollones. Primero se lubrica su culito con abundante aceite hasta dejar sus nalgas transparentes, luego, dilata su ano con dos dedos y saca con rapidez su primer juguete de color negro, que le perfora el agujero y se lo expande unos cuantos centímetros más.
¡No es suficiente para la golfilla! Saca el segundo consolador de la noche que es mucho más grande que el anterior y con una velocidad absurda, el putón se da un increíble folladón y no deja de gemir mientras se taladra su agujerito ninfómano, luego, (cuando creíamos que no podía ser más puta), la golfita revela dos nuevos juguetitos de su repertorio y los incluye a su rutina sexual, perforándose el coño y el culo simultáneamente, hasta que obtiene un delicioso orgasmo.
¡Qué tía tan insaciable! Al final, después de la espectacular follada, la tía termina igual que su día del concierto: con el chochito rebosante de cremita y rodeada de varios rabos de goma: ¡Todo muy parecido a como aquella vez! ¿Te has quedado empalmado y con ganas de más? Mastúrbate en vivo junto a una guarra ninfómana como esta. ¡Entra ahora!